quarta-feira, 14 de abril de 2010

Extraña y sospechosa coincidencia de Colombianos por la Paz con las Farc

Extraña y sospechosa coincidencia, que al mismo tiempo que Piedad Córdoba vocifera en Europa el tema del acuerdo humanitario, las Farc entreguen pruebas de supervivencia de dos policías secuestrados.
No hay paso dado por las Farc en cumplimiento de su Plan Estratégico en torno a la manipulada liberación de los secuestrados, que no coincida con el comportamiento agresivo, irreverente y audaz de Colombianos por la Paz, pero en particular, de su representante Piedad Córdoba, y lo que es mas diciente, es algo que coincide a plenitud, con el llamado Plan Renacer de las Farc diseñado por Alfonso Cano tras la muerte de Tirofijo.
Mientras en Cali, las Farc entregan pruebas de supervivencia de dos miembros de la Policía Nacional, secuestrados por el grupo terrorista, la lenguaraz senadora -quien recibe un exagerado salario pagado con los dineros que aportamos en impuestos los colombianos- hace en Europa lo que mejor sabe: Hablar mal de Colombia y autoproyectarse como la “liberadora de los secuestrados”, al unísono con la que pareciera ser su tarea voluntaria como “estafeta de las Farc”.
El hecho corrobora una vez más, que Colombianos por la Paz no juega limpio con el país, sino que a algunos de sus integrantes, en especial a los comunistas que manipulan al resto de firmones, solo les interesa legitimar a las Farc y quitarles el rótulo de terroristas, para que tengan estatus de beligerancia. Situación que, por obvias razones tiene que ser conocida por Piedad Córdoba.
La farsa de demorar la liberación del cabo Moncayo, la crueldad consentida por los “mediadores” para que los terroristas no dejaran que Calvo y Moncayo trajeran las cartas de los demás secuestrados a sus familiares, se complementa con el publicitado viaje a Europa de la representante de “Colombianos por la Paz”.
Esto, debido a que las Farc perdieron la oportunidad que Monseñor Castrillón les abriera las puertas del Vaticano porque secuestraron y degollaron al Gobernador del Caquetá y después en las elecciones parlamentarias, cuando ninguno de los dirigentes políticos “liberados” de manera unilateral, obtuvo curul para ir al Congreso a promover el canje humanitario y el estatus de beligerancia para los terroristas.
Un seguimiento detallado de los hechos sucedidos indica que a la payasada del cabo Moncayo de anunciar viajes para agradecer a Lula, Chávez y Correa –como si estos personajes siniestros no fueran parte de sus verdugos- se sumó el quizás premeditado y preacordado viaje de Piedad Córdoba a Europa, con la audaz iniciativa de impulsar el acuerdo humanitario antes que finalice el gobierno Uribe,
El velado propósito de este acuerdo, es dejar amarrado al gobernante entrante en la farsa de unas negociaciones de paz, que solo conduzcan al fortalecimiento del grupo terrorista, mientras sus secuaces mandatarios de Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay, Cuba y Nicaragua, les dan estatus de beligerancia, les abren embajadas y los apoyan con armas y pertrechos en la ofensiva final para instaurar una dictadura comunista en el país.
Por enésima vez llama la atención el adormecimiento en los laureles de la Cancillería. Cada vez que las Farc o sus voceros o cómplices hablan en el exterior, corroboran que los cónsules y embajadores están en pañales frente a la estrategia propagandista de los terroristas, que todas sus escasas acciones son reactivas, que la proactividad en este campo brilla por su ausencia, y que el Complot contra Colombia develado en los computadores de Reyes, sigue vivito y coleando.
Entretanto la famélica voracidad electorera de los candidatos los aleja de esta verdad. Al unísono, columnistas insensatos o antiuribistas patológicos, tienen el desatino de reconocer los “esfuerzos por la paz” que hace la distinguida senadora.
Pareciera que la estupidez funcional o el cinismo rayano predominaran, hasta el extremo que estos personajes no quieren darse cuenta del grave riesgo que se cierne sobre el futuro de Colombia.
Es más, todos los días las noticias relatan las barbaridades que comete Chávez en Venezuela contra la propiedad privada, contra los derechos humanos, contra la libertad de expresión etc,; o, la tragedia que padece el pueblo cubano sometido a la férula sanguinaria de la dictadura castrista, o las arbitrariedades que han cometido Correa y Evo contra sus pueblos. No obstante, como borregos mecanizados por la palabrería marxista-leninista, se unen a la farsa o por solo hacer daño al gestor de la Estrategia de Seguridad Democrática, afirman que es honesto el trabajo de Colombianos por la Paz y su cuestionada jefe.
La indiferencia crónica ante la realidad es un gigantesco paso hacia el abismo. En ninguno de los países donde se han desarrollado procesos revolucionarios comunistas, ni las guerrillas ni sus cómplices han obrado de buena fe. Siempre se han escudado en las bondades de la democracia para apuñalarla si piedad. La trampa, el engaño, la mentira, la farsa, las estratagemas, los artilugios, son las consuetudinarias líneas de conducta de los comunistas. Y las Farc no son al excepción.
Por estas y muchas razones más, es perentorio preguntar si hay una extraña y sospechosa coincidencia entre los objetivos de Colombianos por la Paz y los de las Farc.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com

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